El viaje del espíritu
DOI:
https://doi.org/10.30920/letras.1.1.4Resumen
Viajar es el tiempo, llegar es la eternidad. Viajar es la inquietud, la posibilidad, la esperanza; llegar es el reposo, la realización, la paz. Viajar es el devenir, llegar es el ser. Se viaja para llegar, se deviene para ser. Es decir que el reposo, el fin, el acto, que diría Aristóteles, presiden y en cierto modo determinan la agitación, la inquietud, la ansiedad del devenir. El viaje pues, y, naturalmente, el devenir implican un punto de llegada, una posición absoluta, sustraída al movimiento y apta por lo mismo para orientarlo y dirigirlo.Descargas
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Publicado
1929-06-30
Cómo citar
Ibérico, M. (1929). El viaje del espíritu. Letras (Lima), 1(1), 61-72. https://doi.org/10.30920/letras.1.1.4
Número
Sección
Estudios
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